domingo, 9 de septiembre de 2012

Renacimiento: Giovanni Pierluigi da Palestrina y Orlando di Lasso



¡Hola a todos mis estimadísimos lectores! Dado que la semana pasada mi nota sobre el Prometeus de Liszt ha tenido buena critica y repercusión, me propongo a entregarles esta sección cada domingo por la noche. Ademas, para hacerlo mas participativo, les propongo que me envíen sus consejos o sus preferencias a mi cuenta de Twitter “ https://twitter.com/juanroleri ” o Facebook “ http://www.facebook.com/juan.roleri
En el dia de hoy, y como resultado de una consulta via redes sociales, voy a escribir sobre el Renacimiento:

Es muy complicado hacer una entrega de un periodo tan interesante, tan lleno de arte y tan hermoso como lo fue el Renacimiento, en una sección que no debe alargarse demasiado para no aburrir a mis lectores, por lo tanto, vamos a poner la lupa brevemente en el contexto histórico, para luego pasar a hablar un poco sobre Giovani Pierluigi da Palestrina y Orlando di Lasso.

El Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa en los S.XV y XVI. Como muchos de ustedes saben, su mayor expresión es en el ámbito artístico –con gigantes producciones en todas las esferas del arte-, pero también hubo una renovación en las ciencias, tanto en las naturales como en las humanas. El Renacimiento es fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo. Una concepción con “el hombre” como el centro del todo, “el hombre” como finalidad. En sus comienzos, uno de los aspectos a tener en cuenta es que al ser tomada Constantinopla, muchos sabios Bizantinos emigraron a Italia y trajeron consigo obras griegas y latinas, y los italianos al conocerlas se entusiasmaron y trataron de revivir e imitar aquellos modelos clásicos. Considerado en un principio por eruditos e historiadores como un resurgir de la cultura clásica tras un largo declive medieval, posteriormente el término ha ido adquiriendo también una serie de connotaciones políticas, económicas e incluso religiosas. Aunque, por lo general, se ha creído que fue completamente opuesto al Medioevo, algunas tendencias historiográficas tienden a ver el Renacimiento más como un proceso evolutivo que como un corte profundo, ya que diversas transformaciones propiamente renacentistas habían sido ya apuntadas a comienzos del siglo XII, entre ellas el retroceso de la influencia de la Iglesia Católica y del Sacro Imperio Romano germánico, la aparición de ciudades-estado, el desarrollo de las lenguas nacionales y el resquebrajamiento de las estructuras feudales.

Algunos artistas de los siglos XV y XVI, como Giorgio Vasari, ya utilizaban el término Renacimiento para hacer referencia a la recuperación de las formas artísticas de la antigüedad tras la oscura época medieval. Los primeros pasos en la definición historiográfica, del período se dieron en el XVIII con el racionalismo al formularse la antítesis entre edad media (período que no se regía por la razón) y Renacimiento; además, algunos hombres de letras como el francés Voltaire o el británico Edward Gibbon comenzaron a considerar la caída de Constantinopla en 1453 como un hecho trascendental para occidente, ya que dicho acontecimiento permitió conocer en mayor profundidad la cultura grecolatina.

El espíritu renacentista se expresó tempranamente a través del humanismo, movimiento intelectual que se inició y alcanzó su apogeo primeramente en Italia, protagonizado por Gianozzo Manetti, Marsilio Ficino y Lorenzo Valla entre otros. Los humanistas quisieron dar respuesta a los interrogantes del momento y para ello recurrieron tanto al cristianismo como a la filosofía grecolatina, creando así un sistema intelectual caracterizado por la supremacía del hombre sobre la naturaleza y el rechazo de las estructuras mentales impuestas por la religión medieval. La intención del humanismo era desarrollar en el hombre el espíritu crítico y la plena confianza en sus propias posibilidades, rasgos que le habían sido vetados durante la época medieval. De Italia, el humanismo se difundió hacia el norte extendiéndose por casi toda Europa gracias a la invención de la imprenta.
Pero ahora retomemos la senda musical para hablar de los grandes exponentes musicales: Giovani Pierluigi da Palestrina y Orlando di Lasso.



Giovani Pierluigi da Palestrina es considerado uno de los máximos exponentes de la música religiosa católica y quizás el mas representativo de la polifonía. Palestrina demostró que era posible usar tales recursos, embelleciendo la música, y además dar un mensaje claro e inteligible para el oyente. Su carrera es una de las más brillantes de toda la historia de la música, sin conocer ningún obstáculo. Bajo el papado de Julio III fué maestro del coro de la Cappella Giulia del Vaticano.
Palestrina es considerado como el “salvador” de la música de la iglesia, cuando el concilio de Trento (1545-63) decretó que se debía purgar toda influencia y estilo secular de la música de la iglesia, alegando que el uso de coros y otras formas tendían a oscurecer la claridad del mensaje de la misa.
En 1555 después consiguió entrar a cantar en el coro de la Capilla Sixtina (puesto ambicionadísimo). Desgraciadamente, su posición no fue bien vista por el papa Paulo IV, que licenció al músico por estar casado, lo cual era contrario a las normas de la Capilla Sixtina (aunque también se dice que lo echan por componer madrigales, que son obras de carácter profano). Sin embargo, fue aceptado inmediatamente en la Capilla de S. Juan de Letrán y en 1560 pasó a la basílica de S. María la Mayor. En esos mismos años fue director de música del card. Hipólito d'Este. En 1571 sucedió a Giovanni Animuccia en la dirección de la Capilla Julia, puesto de sumo prestigio que Palestrina conservó hasta su muerte.
En 1580 perdió a su mujer, Lucrezia Gori, de la cual había tenido tres hijos, siendo tanto su dolor que pidió al Papa la concesión de las órdenes sagradas. Pero transcurridas apenas cinco semanas de haber sido nombrado clérigo beneficiado de Ferentine, olvidó de repente el luto y la vocación religiosa decidiendo casarse con una rica viuda romana, Virginia Dormuli, propietaria de una peletería. Para Palestrina fue una fortuna inesperada, pues al no carecer de un destacado sentido práctico, colaboró con éxito en los negocios de su mujer, de forma que los nuevos ingresos de dinero le permitieron publicar muchas composiciones. Transcurrieron los últimos años de su vida, por tanto, con tranquilidad y holgura. Vivía en una casa situada detrás de la basílica de S. Pedro, en una calleja que llevaba su mismo nombre. Era estimado y bienamado por príncipes, pontífices y por el mismo pueblo.
Fallece en 1594 en los brazos de S. Felipe Neri. En sus funerales estuvieron presentes todos los músicos de Roma, en medio de un gentío enorme. Su cadáver fue depositado en la tumba llamada della casse, bajo el pavimento de la Capilla Nueva en la basílica de S. Pedro. Sobre el féretro fue aplicada una lámina de metal con la leyenda «Joannes Petraloysius Praenestinus Princebs Musicae»: príncipe de una música que se propuso fundamentalmente edificar las almas, además de afianzar las mentes ávidas de perfección rítmica, armónica y contrapuntística.

A continuacion, su Missa de Beata Virgine (mi obra preferida de Palestrina) COMPLETA. ¡¡Espero que la disfruten!!

Ahora es el turno de otro genio: Orlando di Lasso.

Orlando di Lasso fue una de las figuras más importantes y polifacéticas de la última etapa renacentista. Utilizó el estilo polifónico característico de la música sacra de su época (que ya comenzaba a servirse de los cromatismos derivados de los madrigales) y la nueva música profana que se desarrollaba en Alemania, Francia e Italia Formó parte hacia 1546 del séquito del virrey de Sicilia, Fernando de Gonzaga. Hacia 1550 sirve a Constantino Castrioto, caballero de la Orden de Malta, primero en Nápoles y luego en Roma. En 1553 es nombrado maestro de capilla de S. Juan de Letrán, cargo que abandona un año más tarde para regresar a Flandes. Hasta 1556 residió en Amberes, publicando alguna de sus obras, y en esa fecha es contratado como cantante por el duque de Baviera Alberto V, estableciéndose en Munich, donde compone sus célebres “Siete salmos penitenciales”. Realiza numerosos viajes a Italia y en 1563 es nombrado maestro de capilla de la corte de Munich. En 1570 fue elevado a la nobleza, viéndose colmado de honores por el duque Guillermo V y el papa Gregorio XIII.
Lasso ganó fama en Europa, y los compsoitores iban a Munich a estudiar con él. Andrea Gabrieli estuvo allí en 1562, y posiblemente permaneció en la capilla por un año. Giovanni Gabrieli posiblemente estudió también con Lasso alrededor de 1570. Su renombre se extendió incluso fuera de los círculos musicales, al punto que en 1570 el Emperador Maximiliano II le confirió un título nobiliario, circunstancia poco común en la época para un músico. El Papa Gregorio XIII le invitó a su corte.Lasso estaba muy interesado en la estabilidad de su posición, y en las espléndidas oportunidades de interpretación musical disponibles en la corte de Albrecht que en las ganancias económicas. "No deseo dejar mi casa, mi jardín y otras cosas buenas en Munich" , escribió al Duque de Sajonia en 1580
A partir de 1580 se dedica por entero a la composición, siendo cada vez menor el número de obras religiosas que salen de su pluma. En el último año de su vida compone una de sus obras maestras: “Las lágrimas de San Pedro”. No resulta fácil dar una visión general de la obra de Lasso por cuanto que es cuantiosa y muy diferente, hallándose además dispersa en distintas colecciones. Dedicó una atención especial al motete tratado con la técnica de la imitación libre. También los madrigales ocupan lugar preferente en su producción. También sus canciones, pertenecientes tanto al género profano como al espiritual, son importantes; están dotadas de elementos del madrigal y del lied, procedente de la tradición alemana.



Y de el, escucharemos la Missa Sussane un jour COMPLETA. ¡¡A disfrutar esta genialidad!! gocen y dejense llevar por la polifonia de Lasso.
Espero que la entrega de esta semana haya sido de su agrado, desde ya que pueden enviarme comentarios, preferencias o criticas a mi Twitter, a mi Facebook o a mi casilla de E-mail y con gusto les respondere a la brevedad.
Les mando un afectuoso saludo a todos y hasta la semana proxima.

Juan Roleri


Fuentes: 
http://blogclasico.blogspot.com.ar
http://mediateca.cl
http://maisana.wordpress.com
http://www.classissima.com
Enciclopedia Tematica Guiness

domingo, 2 de septiembre de 2012

Prometeus: Mitologia griega + Poema Sinfonico 5 de Franz Liszt


Hola estimadísimos amigos, después de un largo lapso de tiempo sin escribir, debido al poco tiempo libre que me dejaron los conciertos que di en los pasados 3 meses, vuelvo a escribir una nota en esta sección de “Música Comentada”. ¿Que mejor manera de retomar la escritura que hablando de mi amadísimo Franz Liszt?
Aquellos que sentimos profunda pasión por la mitología como por la música de Liszt, vemos en sus poemas sinfónicos un mar de éxtasis en el cual bañar nuestra alma. En esta oportunidad, quiero puntualizar un Poema Sinfónico en particular: en Numero 5, Prometheus.
El poema sinfónico Prometeo de Liszt, compuesto en 1850 y orquestado cinco años más tarde, se sitúa en pleno fervor romántico.
Como en la mayor parte de sus otros poemas sinfónicos el programa de Prometeo habla de sufrimiento y glorificación e inmediatamente describe al gigante mitológico que trae el fuego a Tasso, Mazeppa y los guerreros cristianos de La Batalla de los hunos, y sobre todo al propio Liszt, La primera versión, en forma de obertura, fue completada en 1850 para la representación de la tragedia de Herder Prometeo encadenado, que fue interpretada en la festiva presentación de la estatua de Herder en Weimar.
Liszt también músico algunos coros de la obra de Herder. Algunos años más tarde reorganizó éstos y la obertura para crear un poema sinfónico que revela de manera más reconocible que todos los demás poemas las partes de la forma sonata, o más bien la reinterpretación romántica de la misma, en su tema principal, heroico y masculino, y en los temas femeninos de la exposición, tormentosos, graves o resolutivos. El lugar de una sección central de desarrollo lo ocupa una fuga, que se corresponde en carácter a la música de “lucha” asignada a este lugar por la estructura formal del drama romántico. Tras una breve recapitulación la pieza acaba con una música de resolución, una apaciguadora conclusión para la cual parece como si hubiera sido compuesta la totalidad de la obra. ¿Es realmente esto una forma sonata? Es al menos como era visto por los teóricos del siglo XIX y también por Liszt, que no componía según el canon de la forma, sino que creaba nuevas formas musicales para innumerables variantes del contraste entre “sufrimiento y glorificación”.
En las notas al programa del concierto que los días 10, 11 y 12 de febrero de 2006 la Orquesta y el Coro Nacionales de España, con Josep Pons en la dirección, ofrecieron en Madrid, y en el que se interpretó, entre otras obras prometeicas, el poema sinfónico de Liszt, Stefano Russomanno escribía:
“La figura de Prometeo tiene en Liszt un componente de egocentrismo exacerbado. ¿Debemos entenderlo como una especie de autorretrato? El compositor encontraba tal vez en los sufrimientos de Prometeo un reflejo de sus propios tormentos, un eco de las vicisitudes del genio romántico que por medio de su arte acerca a los hombres un trozo de paraíso (o infierno), recibiendo a cambio incomprensión y decepción. Lo cierto es que la música del Prometeo lisztiano nació en 1850 para acompañar la representación del Prometeo liberado de Johann Gottfried Herder. Cinco años después, el músico retomó la pieza inicial, la orquestó y la convirtió en poema sinfónico. Prometeo está concebido según una polaridad dialéctica “sombra-luz” muy querida por el compositor húngaro. La pieza arranca con los tonos oscuros y macizos del metal, al que contestan no menos enérgicas y dramáticas frases de la cuerda en el registro grave. El monolítico y rocoso comienzo se diluye progresivamente en una peroración más distendida, no exenta de énfasis. El esquema guarda algún parecido con el de la Sonata en Si menor (escrita en 1852-53), sobre todo si se tiene en cuenta el siguiente episodio, escrito en riguroso estilo contrapuntístico. La animación y densidad de este pasaje desemboca en un clima de desolación, recorrido por grandes zonas de vacío en la orquesta.
La reexposición del comienzo trae de nuevo una tímbrica sulfurosa, pero pronto empiezan a penetrar los primeros rayos de luz del final, que tiene un carácter casi festivo aunque lastrado por cierta tendencia a la retórica y grandilocuencia propia en ocasiones del Liszt orquestal.”

Hasta acá hemos hablado de la composición de Liszt, pero aun no hemos hablado del mito. Aquí les entrego el motivo del sufrimiento mitológico de Prometeus:

<< ... Era un tiempo en el que existían los dioses, pero no las especies mortales. Cuando a éstas les llegó, marcado por el destino, el tiempo de la génesis, los dioses las modelaron en las entrañas de la tierra, mezclando tierra, fuego y cuantas materias se combinan con fuego y tierra. Cuando se disponían a sacarlas a la luz, mandaron a Prometeo y Epimeteo que las revistiesen de facultades distribuyéndolas convenientemente entre ellas. Epimeteo pidió a Prometeo que le permitiese a él hacer la distribución "Una vez que yo haya hecho la distribución, dijo, tú la supervisas ". Con este permiso comienza a distribuir. Al distribuir, a unos les proporcionaba fuerza, pero no rapidez, en tanto que revestía de rapidez a otros más débiles. Dotaba de armas a unas, en tanto que para aquellas, a las que daba una naturaleza inerme, ideaba otra facultad para su salvación. A las que daba un cuerpo pequeño, les dotaba de alas para huir o de escondrijos para guarnecerse, en tanto que a las que daba un cuerpo grande, precisamente mediante él, las salvaba.
De este modo equitativo iba distribuyendo las restantes facultades. Y las ideaba tomando la precaución de que ninguna especie fuese aniquilada. Cuando les suministró los medios para evitar las destrucciones mutuas, ideó defensas contra el rigor de las estaciones enviadas por Zeus: las cubrió con pelo espeso y piel gruesa, aptos para protegerse del frío invernal y del calor ardiente, y, además, para que cuando fueran a acostarse, les sirviera de abrigo natural y adecuado a cada cual. A algunas les puso en los pies cascos y a otras piel gruesa sin sangre. Después de esto, suministró alimentos distintos a cada una: a unas hierbas de la tierra; a otras, frutos de los árboles; y a otras raíces. Y hubo especies a las que permitió alimentarse con la carne de otros animales. Concedió a aquellas descendencia, y a éstos, devorados por aquéllas, gran fecundidad; procurando, así, salvar la especie.</
Pero como Epimeteo no era del todo sabio, gastó, sin darse cuenta, todas las facultades en los brutos. Pero quedaba aún sin equipar la especie humana y no sabía qué hacer. Hallándose en ese trance, llega Prometeo para supervisar la distribución. Ve a todos los animales armoniosamente equipados y al hombre, en cambio, desnudo, sin calzado, sin abrigo e inerme. Y ya era inminente el día señalado por el destino en el que el hombre debía salir de la tierra a la luz. Ante la imposibilidad de encontrar un medio de salvación para el hombre. Prometeo roba a Hefesto y a Atenea la sabiduría de las artes junto con el fuego (ya que sin el fuego era imposible que aquella fuese adquirida por nadie o resultase útil) y se la ofrece, así, como regalo al hombre. Con ella recibió el hombre la sabiduría para conservar la vida, pero no recibió la sabiduría política, porque estaba en poder de Zeus y a Prometeo no le estaba permitido acceder a la mansión de Zeus, en la acrópolis, a cuya entrada había dos guardianes terribles. Pero entró furtivamente al taller común de Atenea y Hefesto en el que practicaban juntos sus artes y, robando el arte del fuego de Hefesto y las demás de Atenea, se las dio al hombre. Y, debido a esto, el hombre adquiere los recursos necesarios para la vida, pero sobre Prometeo, por culpa de Epimeteo, recayó luego, según se cuenta, el castigo del robo.
El hombre, una vez que participó de una porción divina, fue el único de los animales que, a causa de este parentesco divino, primeramente reconoció a los dioses y comenzó a erigir altares e imágenes a los dioses. Luego, adquirió rápidamente el arte de articular sonidos vocales y nombres, e inventó viviendas, vestidos, calzado, abrigos, alimentos de la tierra. Equipados de este modo, los hombres vivían al principio dispersos y no en ciudades, siendo, así, aniquilados por las fieras, al ser en todo más débiles que ellas. El arte que profesaban constituía un medio, adecuado para alimentarse, pero insuficiente para la guerra contra las fieras, porque no poseían el arte de la política, del que el de la guerra es una parte. Buscaban la forma de reunirse y salvarse construyendo ciudades, pero, una vez reunidos, se ultrajaban entre sí por no poseer el arte de la política, de modo que al dispersarse de nuevo, perecían. Entonces Zeus, temiendo que nuestra especie quedase exterminada por completo, envió a Hermes para que llevase a los hombres el pudor y la justicia, a fin de que rigiesen en las ciudades la armonía y los lazos comunes de amistad. Preguntó, entonces, Hermes a Zeus la forma de repartir la justicia y el pudor entre los hombres: "¿Las distribuyo como fueron distribuidas las demás artes?".
Pues éstas fueron distribuidas así: Con un solo hombre que posea el arte de la medicina, basta para tratar a muchos, legos en la materia; y lo mismo ocurre con los demás profesionales. ¿Reparto así la justicia y el poder entre los hombres, o bien las distribuyo entre todos?. "Entre todos, respondió Zeus; y que todos participen de ellas; porque si participan de ellas solo unos pocos, como ocurre con las demás artes, jamás habrá ciudades. Además, establecerás en mi nombre esta ley: Que todo aquel que sea incapaz de participar del pudor y de la justicia sea eliminado, como una peste, de la ciudad''.>>


A continuación les dejouna buena versión que encontré en Internet para que disfruten:

Fuentes:
Espero que les haya gustado tanto como a mi.
¡¡¡Saludos a todos y hasta la proxima!!!
Juan R.